Intentando pensar y dar matices al concepto de catástrofe generacional.
*Por Eduardo A. Grinspon

 

1) La catástrofe generacional es un concepto que habita en el pensamiento del analista y va adquiriendo figurabilidad a partir de la generatividad asociativa intra e interpsiquica[1] lograda dentro de la subjetividad transferencial,   dada a partir de la inclusión intra-estructural de la subjetividad de analista dentro del proceso terapéutico vivido con una familia o con una pareja.

2) Es necesario diferenciar las catástrofes generacionales extra familiares como la guerra, el genocidio, catástrofes climáticas etc, de las intrafamiliares, incesto, abusos narcisistas y sexuales, transgresiones graves etc, generadoras del clima de secreto familiar dado por lo secretado, un producto toxico  de las alianzas defensivas ofensivas patógenas[2].

Sobrevivir dentro de esta clima de catástrofe generacional, determina que la estructuración del narcisismo se haya dado a partir de estrategias de sobrevida psíquica frente al sufrimiento narcisista identitario[3], soluciones narcisistas[4] que implicaron a su vez un modo singular de nacimiento del objeto, del yo y de la estructuración  del narcisismo.

Pensamos que los orígenes o causas de lo que enunciamos como   catástrofe  generacional, refiere a un hecho que operó como intrusión traumática inelaborable, o a sus efectos dados respecto a los orígenes del objeto, del yo y al concepto de realidad imperante dado por el pacto denegativo patógeno en su estado exitoso[5]

En una familia, si partimos de su constitución y las alianzas inconscientes necesariamente dadas, el primer pacto denegativo funcional o contrato afiliativo[6] funcionaba con defensas no patógenas y lograba un andamiaje defensivo garante del sentimiento de sí dentro de lo afín pero diferente. A partir de cierta adversidad este fue adquiriendo el matiz defensivo preventivo de anticatástrofe[7], es decir una alianza defensiva ofensiva patógena sostenida por un  pacto denegativo patógeno cuyas características se fueron definiendo a partir del sufrimiento “ya” padecido por cada familia y su modo de transmisión.

5) Racamier  enuncia la “Anti Catastrofe” como la estructura defensiva puesta en acto, para que se sostenga el estado exitoso del Antedipo con su particular estructuración narcisista dada por la vigencia de un organizador superantiyoico pervertizante de la diferencia generacional y garante de que aquello expulsado no retorne. Al arrasar con la diferencia inter generacional,  lo nuevo, es decir generación siguiente queda al servicio de procesar lo intrusivo traumático de la anterior, pervirtiéndose de este modo la singularidad de la economía vincular de la primera. Este movimiento pervertizante está relacionado con la trilogía defensiva “preventiva” formada por la incestualidad, la solución perversiva narcisista y la paradojalidad cerrada[8].

6) En situaciones familiares en las que impera la solución perversiva narcisista[9],   dentro de la articulación de soluciones narcisistas, la realidad y su sentido está al servicio de sostener  la eficacia del pacto denegativo patógeno.

En estas familias podemos pensar en una catástrofe generacional sufrida y el efecto que tuvo, tanto en el equilibrio dado en la generación que la padeció, como en el modo en el que afectó a partir de la  inevitable transmisión, a las generaciones siguientes.  Es decir el modo en el que utilizando la posibilidad patógena de pervertizacion del narcisismo del otro, se fueron readecuando las alianzas inconscientes defensivas frente a la necesidad de sostener la eficacia de las diferentes desmentidas. Comunión de desmentida no solo  frente a la diferencia de sexos, sino fundamentalmente frente a la diferencia de generaciones, de vivo-muerto, de la autonomía narcisista y a la interdicción a la intercambiabilidad de seres.

Este andamiaje defensivo patógeno, sostiene  una interdependencia funcional que fijó a las personas de un modo estereotipado y a través de generaciones, a posiciones o personajes “actuantes” dentro de la economía pulsional vincular vigente.

6) El concepto de catástrofe generacional nos llevó a pensar en las neurosis traumáticas[10] en las que una intrusión  desorganiza la economía libidinal. Hablar de intrusión en el equilibrio familiar implica redefinir el concepto de  coraza o membrana de protección anti estímulo operante en cada grupo familiar.

Hay situaciones caotizantes en las que la intrusión viene del afuera, pero hay otras en las que  la intrusión viene desde adentro del medio familiar, es decir son diferentes posibilidades a ser pensadas tanto dentro del quimismo de un individuo o dentro de la economía pulsional vincular imperante en una familia.  Por ej. en la familia a la que referimos la hemofilia operó como intrusión a partir de la transmisión materna dentro de la familia y para el hijo como intrusión interna y luego el precipitado fue mixto, desde afuera por lo exógeno y desde adentro al ser aportado por el Sr en su función de esposo y padre. Esto es una redefinición en cuanto al origen de la intrusión.

En términos familiares la “coraza de protección anti estimulo” es garante del sentimiento de si familiar o  continuidad narcisista identitaria y esta dado por la eficacia del pacto denegativo imperante, no patógeno o patógeno. Es decir a partir de la articulación dada en la pareja parental entre el contrato afiliativo dado en un primer momento y el contrato filiativo de cada uno de sus integrantes.

Lo común en el concepto de catástrofe y neurosis traumática, es la  intrusión dada en un sistema que no está “preparado” y   que perturba la economía pulsional vigente[11]. Jerarquizo la dimensión de “preparado” para abrir la posibilidad de pensar en las familias en las que impera la solución perversiva narcisista, el efecto o las consecuencias del andamiaje defensivo preventivo

8) La dimensión traumática en términos individuales seria una intrusión en la economía pulsional de ese individuo y sus mecanismos de defensa sufren una perturbación y una readecuación defensiva. Cuando esto se da en una familia o en un grupo formado por varios psiquismos, hay distintas alianzas funcionado sincrónicamente y el modo de readecuación frente a la intrusión tiene que ser referida a una economía pulsional vincular que se readecua de algún modo en un equilibrio interdefensivo[12], y nosotros como analistas presenciamos sus derivaciones, tanto en el esfuerzo por sostener la continuidad narcisista identitaria, como en aquellos momentos de vacilación de la eficacia del estado de la alianza defensiva patógena. Son estos momentos en los que a partir de la desvitalización dada en el miembro de la pareja ubicado como cómplice-victima, o  del actuar de algún hijo, puede aparecer un motivo de consulta.

En términos individuales, la consecuencia más habitual frente a este tipo de intrusión, suele ser la desvitalizacion o empobrecimiento de la economía pulsional. En familias que sobreviven psíquicamente por medio de la  articulación de soluciones narcisistas en situaciones límites de la subjetividad y de la subjetivación, el equivalente de la desvitalización se da en los movimientos regresivos pulsionales extintivos antiproceso. Extintivos en cuanto tienden a la desobjetalizacion y muerte de la pulsión, y los cuales si no son exitosos dejan un resto que opera de pedido.  En términos de grupalidad familiar, alguien muchas veces mantiene una energía de reserva suficientemente vital que opera de llamado y nosotros como “su analista familiar” lo recibimos como un signo que posibilita co-construir un tipo de alianza trófica diferente y relanzar gradualmente el trabajo de subjetivación historizante de la singularidad del sufrimiento padecido.

La catástrofe generacional tiene que ver con un acontecimiento que operó como intrusión a partir del tipo de desvalimiento vivenciado y con una re adecuación defensiva de la economía vincular familiar, que en  familia se da junto a la pervertización posible del narcisismo de un  otro para sostener  la eficacia de un pacto denegativo patógeno sostenedor de un tipo singular de continuidad narcisista identitaria.

Es importante no perder de vista que este equilibrio  vacila y esta dimensión lleva a la posibilidad de  los motivos de consulta.


NOTAS:

[1] R Roussillon.
[2] R Kaes.
[3] R Roussillon.
[4] R Roussillon.
[5] D Maldavsky.
[6] R Kaes.
[7] PC Racamier.
[8] A Carel.
[9] E Grinspon.
[10] Diferente de aquellos estados tóxicos  que dependen del tipo de vinculo.
[11] D Maldavsky.
[12] E Grinspon