En momentos altamente tóxicos en sesión, aquellos en los que a partir de nuestro malestar singular no banalizado registramos la descarga somática del afecto en su función mensajera, accedemos al momento perceptivo alucinatorio[4]de interfase entre lo corporal y lo psíquico, al cual dentro de la espacialidad intersubjetiva transferencial que nos implica, lo pensamos y recibimos como un tipo de petición  ya sea esta individual o familiar.

La descarga somática que nos involucra parte de un acting in singular que en su función semaforizante adquiere a partir de un pasaje por el acto[5] y en lo actual (agieren), el valor de un actingout que involucra indefectiblemente a otros, una función mensajera que no cesa de insistir muchas veces a través de generaciones. Son momentos fugaces de confusión en los que surgen en nosotros dudas o imágenes que nos asombran. Estas operan como equivalentes preoniricos dentro del circuito intersubjetivo co-alucinatorio transferencial, en el que lo alucinatorio es el lugar del entrecruzamiento, entre la regresión de nuestro pensamiento y la posibilidad de utilizar nuestro registro corporal para la recorporación[6]de ciertas experiencias vividas y aun no subjetivadas por nuestros pacientes. Es necesario diferenciar en nuestro espacio intersubjetivo transferencial1) la función mensajera de la descarga del afecto de 2) la representación. La representación no entraña ninguna manifestación que se traduzca por una modificación del estado del cuerpo, cuando este llega a sufrir una transformación es por regresión bajo la forma de la alucinación que cae sobre  la cenestesia[7].

En nuestra especificidad en TPFP, es la presencia de trazas perceptivas[8]presubjetivas que no cesan de insistir en su retorno y es nuestro malestar el que nos posibilita conectarnos con esta presencia de la representación cosa de la no representación[9], sostenida en lo aun clivado de la subjetividad. Referimos al modo en el que a partir de nuestra presencia implicativa, tanto en terapia individual como en terapia familiar, lo singular tiende a presentarse a re-presentarse al darse la vacilación del equilibrio inter-defensivo patógeno familiar. Una posibilidad de pasaje del cuerpo común incestual (sostenido en pareja o familiar), un plural patógeno trans-subjetivo y trans-narcisista, a la singularidad subjetiva mediatizada por nuestro malestar y  disponibilidad subjetiva singular. Es decir somos nosotros quienes sostenemos la dimensión de lo singular frente a la incestualidad.

Al ser el acceso a la representación cosa el organizador del espacio representativo, este punto inaugura la diferencia entre lo cuantitativo que iría en la desesperación a la descarga perdiendo su efecto de significancia, o la posibilidad de acceder a la re-petición dentro de la intersubjetividad transferencial, su acceso a lo cualitativo, la figurabilidad y la representación .

En sesión y en una transferencia por retorno[10], se presenta ante nosotros un tipo de retorno, el de “aquel resto” aún no subjetivado que está más allá (o quizás podemos pensarlo como un “más acá”) del principio de placer, proveniente de la marca o huella de lo vivido pero aun no subjetivado y que funciona clivado “de” la subjetividad. Decir que “funciona u opera” no es casual ya que como enuncia R Roussillon el automatismo de repetición y la compulsión a la subjetivación, funciona como un tercer principio junto al de placer y de realidad frente a la necesariedad para el aparato psíquico singular de inscribir y dar acceso a la subjetivación a lo aun no subjetivado. 

Si pensamos al movimiento perceptivo alucinatorio, como una interfase entre lo corporal y lo psíquico en la búsqueda de un objeto[11]alucinable disponible y utilizable, podemos imaginar el proceso afectivo en estas circunstancias como una anticipación del encuentro del cuerpo del sujeto con otro cuerpoun objeto otro sujeto en términos imaginarios y en su condición posible de presencia. En situaciones clínicas en las que la relación de sujeto del Yo previa a la relación de objeto del Yo, está potencialmente en juego, el afecto adquiere pues una función preparatoria o más bien anticipatoria.

La referencia al imaginar no es banal ya que el modo singular en que cada analista se va a poder implicar en la espacialidad intersubjetivo transferencial, depende del modo en que pueda “imaginar” y dar figurabilidad a este momento inaugural del proceso de psiquizacion, en el circuito pulsional objetalizante. En este escenario o circuito es fundamental entender la importancia del reinvestimiento alucinatorio en el proceso de  retorno, es decir revalorizar y pensar  el lugar de lo alucinatorio frente a la problemática del retorno de lo aun no subjetivado dentro de nuestro proceso transferencial.

R Roussillon (1992) plantea que uno de los vectores fundamentales de la pulsión es su fuerza de representancia, por lo cual su forma de manifestación en estos casos adquiere un valor mensajero. Entre los representante psíquicos de la pulsión además del representante afecto y del representante de la representación de cosa y palabra, incluye a la representación cosa de la ausencia de representación. Es decir aquel resto de una experiencia traumática vivida pero no vivenciada y que clínicamente referimos al escollo clínico que enunciamos como impass del proceso, un impassé[12] por no poder hacer el duelo necesario de lo “no habido” para acceder a la memoria posible.

Pero esta representación cosa de la ausencia de representación, al ser pensada en la subjetividad transferencial es un signo para alguien subjetivamente presente y expresión del resto que retorna.

Cuando el circuito pulsional no se complejiza en un trayecto progrediente, sino que en un movimiento regrediente va a la solución biológica, es esta la que se torna una posibilidad para el ser vivo que el afecto pueda recuperar su efecto de significancia y poder ser un representante pulsional en el camino hacia la objetalizacion necesaria para hacerse significante para un  yo.

 

[4] C Botella

[5] R Roussillon,

[6] A Green

[7] A Green,

[8]C Botella y R Roussillon en el aparato de memoria RFP 2016,

[9] R Roussillon-C Botella

[10] R Roussillon,

[11] C Botella,

[12]P Denis,